Panecitos

Panecitos de aquel lago,
Qué digo, más bien laguna;
Panecillos color miel,
Rubios y pequeños,
Redondos y contorneados.

Cansados
Os dabais a la de siempre travesía.
Decretados
Os sabíais el color de vuestro féretro.
Féretro,
Urna desnuda, simple y cebada.

Panecitos de aquel lago,
Qué digo, más bien laguna.
Cuando en mi cerro os encontraba
Cómplice nuestro frío ataúd se volvía,
Por el talle os tomaba y en mi boca
Deshacía.

Con manjar, con mermelada;
Panecitos, la vida era otra.
Aún la lluvia tu bote no hundía
Y tu recorrido siempre en mí puerto
Encontraba.

Panecillos,
Erais un hacer-el-amor cotidiano.
La mujer de pechos al aire
En medio de la noche,
El hombre de alfombrado sexo
En la pradera.

Las gaviotas ajedrez
Que tu viaje acompañaban
Por fin, en sus alas me han llevado.
El viento cálido en mi rostro:
Como vuestro dulce hastío.

Panecitos cerro-mar,
Ya la vida no es aquella,
Ya el vivir más desgarra.

Perdí, he olvidado,
Vuestros insípidos sabores.
Me he caído
De las alas de mis comensales.

Mi esternón he abierto
A las musarañas oportunistas:
Los zorzales y lombrices felices
Mis entrañas hacen su cena.
Panecitos, el dolor no importa.
El dolor no siento,
Me siento indolente,
Indolente, lo siento.



Cojo mi dedo
Y busco con el mayor cuidado
Del artesano
Que su escultura perfecciona en minigrietas
El difuminar
Mis líneas, mis pasos, mis cabellos,
Mi micosiento cráneo,
Mis saturados caminos rojos.

Paneciiiillos color sol,
Cuando vuestro sabor me calentaba,
Cuando vuestra textura me sostuvo.

El de ahora es otro sol,
Incandescente, iridiscente, abrasador.
Sayal del viejo
Que cubre mis partes íntimas.

No me siento bien del todo.
El agua me sabe más amarga.
Como néctar blanquecino
Agridulce color leche,
¿cuándo me vertí para beberme?
¿cuándo me vomité a las alimañas?
No me siento bien del todo.

En la sima de mi cerro,
En la cima de mi mar,
Tu recuerdo, panecitos.