Acerca del Proyecto Educativo Nacional.

Chile ha llegado al punto inevitable de su historia en el cual se pregunta por su educación: qué quiere conseguir con ella, cómo encarnarla y cómo concretarla. Durante los últimos 4 meses, los y las estudiantes del país nos hemos encargado de poner en el tapete este tema tan pendiente en la historia patria. Sin embargo, pareciera ser que, no bastando con todo el descrédito que las campañas del Gobierno y los medios de comunicación han hecho, el común del ciudadan@ aún no comprende en su justa dimensión de qué se está hablando y qué estamos solicitando. Pareciera ser, también, que entre nosotr@s, estudiantes, también nos confundimos a veces.

En una nota anterior, intenté groseramente explicar todos los elementos involucrados respecto a la educación: qué es, por qué es importante, cómo debiera ser entregada, y la propuesta más cuerda, integral y holística que alguien cuerdo puede llegar a proponer de cómo concretarla en Chile. Sin embargo, considero que hay algunos elementos subyacentes al tema del Proyecto Educativo Nacional que es necesario mencionar, especialmente ahora que está tan de moda hablar de aquello.
Como fuere, nuevamente es mi interés intentar explicarlo en estas líneas a aquél no familiarizado con el campo de las ciencias sociales.


Introducción.

Antes de proseguir, es necesario hacer tres aclaraciones.

En primer lugar, decir que cuando se habla de una propuesta educativa 100% financiada por el Estado ("gratuita"), 100% Pública, 100% Estatal, 100% Laica y 100% Democrática e Inclusiva ("triestamental"), siempre subyace la idea de un Proyecto Educativo Nacional. Este proyecto educativo engloba todos estos ejes, y estos mismos ejes son, a su vez, descriptores, características y guía del mismo.

En segundo lugar, decir que cuando se habla de un Proyecto Educativo Nacional se habla de una idea, de una propuesta, de un documento matriz que establece claramente una base o piso mínimo de conocimientos, actitudes y valores a transmitir como sociedad chilena toda. Este Proyecto Educativo Nacional, por su carácter nacional, DEBE ser construido ENTRE TODOS los actores sociales involucrados en el tema educativo (estudiantes/padres, profesores, funcionarios), por ende creer que la realización de una propuesta en esta materia, desde nosotr@s mism@s, l@s estudiantes, es LA propuesta a concretar, no sólo no es un acto moralmente aceptable desde el punto de vista de la fraternidad que persigue el mismo nuevo contrato social que estamos impulsando (que subyace a todo este movimiento, a mi juicio), sino también es una pretensión ególatra del porte de un buque para cualquier grupo humano que se la intentase adjudicar. Como es un tema Nacional, se supone que ES DEBER DEL ESTADO COORDINAR a todos los actores sociales involucrados, a fin de elaborar la propuesta y que ésta sea válida. Distinta sería la cosa si, como estudiantes, al no lograr emplazar al Estado en esta concreción, emplazásemos a la misma sociedad toda, ejerciendo esta tarea de coordinación, tan necesaria para ELABORAR ALGO REAL Y VERDADERAMENTE VÁLIDO Y LEGÍTIMO.

Ahora bien, y en tercera instancia, pese a tener claro esto, los y las estudiantes podemos MANIFESTAR LINEAMIENTOS respecto del Proyecto. Estos lineamientos se constituyen en puntos de vista legítimos de expresar y conforman, también, la voz del estudiantado en esta materia. Pues bien, es en virtud de esto que torno a exponer las ideas que me parecen más cuerdas respecto a la materia.


Proyecto Educativo Nacional: Horizontes.


Cuando como sociedad nos planteamos elaborar un Proyecto Educativo Nacional, nos planteamos responder a ciertas preguntas clave. Preguntas tales como el Qué, A Quién, Cuándo, Dónde y Cómo transmitir una base o piso mínimo de conocimientos, actitudes y valores que hemos relevado socialmente son en extremo necesarias para elaborar algo decente; sin embargo, si no se tiene en consideración el "Para Qué transmitir", las respuestas obtenidas serán nada.

Chile debe decidir "para qué" quiere transmitir dichos elemento
. La Reforma Educacional planteada durante los '90 tuvo cuatro pilares: los programas de mejoramiento e innovación pedagógica, el desarrollo profesional de los docentes y los incentivos ofrecidos para ello, la reforma curricular y la jornada escolar completa. Todos ellos buscaban mejorar la calidad y la equidad de la educación, donde el "para qué" se redujo a la propuesta de Objetivos Transversales en el Currículo de los cursos, sin efectivamente (a mi juicio) hacerse verdaderamente cargo de la profundidad que encierra la pregunta. En realidad, sí quiso hacerse cargo, entregando en el individuo y su comunidad educativa la responsabilidad de ir eligiendo sobre su quehacer académico y comunitario, pero de una forma irresponsable (como siempre hace el neoliberalismo, creyendo que todos y todas tenemos las mismas características contextuales y que podemos competir en igualdad de condiciones, cuando la realidad dista mucho de aquella utopía), pues era la sociedad la que proponía al sujeto (individuo) una forma de educación que a todas luces se contrastaba con lo que era la misma sociedad. Por ejemplo, la sociedad le proponía, por medio de los establecimientos educacionales, valores como solidaridad y compañerismo, cuando en la vida real le demandaba existismo y pisotear al otr@ para sobrevivir. Del mismo modo, le proponía y exigía honestidad y ética, cuando la tónica era la corrupción y una ética basada en la captación de dinero -por sobretodo.


Un Proyecto Educativo Nacional debe procurar entregar herramientas para desenvolverse eficazmente en medio de la nación.


Como muy sutilmente expuse más arriba, el Proyecto Educativo Nacional que se proponga debe ir de la mano innegablemente de una revisión del Contrato Social que rige para nuestra sociedad chilena. Es por eso que los y las estudiantes entendemos que si el actual "invisible" Proyecto Educativo Nacional está en Crisis (y esta movilización es el ejemplo) es porque quedó obsoleto, y si quedó obsoleto es porque el Contrato Social de la sociedad chilena (encarnado en la Constitución Política de la República) está obsoleta y haciendo crisis. Razón por la cual, es inevitable hablar de CAMBIO DE CONSTITUCIÓN cuando hablamos de CAMBIO EN LA EDUCACIÓN.

Es algo que ocurrirá si o si, lo pongamos nosotros o no en la palestra. Y es casi obvio: si estamos pidiendo una educación 100% financiada por el Estado, y para ello necesitamos una reforma al sistema tributario, y dicha reforma no es posible con la actual Constitución... entonces, a cambiar la Constitución: no queda de otra!

Esta pasando en todo el mundo, no sólo en Chile, que las y los individuos nos hemos dado cuenta de nuestro ser-sujetos sociales, constreñidos y (de)formados por esas extrañas e invisibles fuerzas que el medio social nos impone. Y nos damos cuenta que las cosas no tienen ninguna razón lógica para seguir siendo lo que son, que todo es un asunto político y que hay visiones acerca de cómo debieran ser las cosas que difieren entre sí: la realidad es caótica. Nos damos cuenta de que en pleno siglo XXI no pueden haber personas que se mueren de hambre, mujeres que no pueden decidir si abortar o no, gente que no puede decidir quitarse la vida cuando quiera, hombres que no pueden trabajar, gente que no puede decidir a quién amar, ancianos que mueren en la calle... y así, una lista enooooorme.

Este "darse cuenta" viene de contrastar la libertad inherente al ser humano y cómo no se respeta... entonces, se despotrica "contra el sistema" y que las cosas deben ser mejores.... ¿Pero se ha caído en cuenta que el problema es el sistema mismo? Seguramente no, porque se dirá que se es "poco objetivo". La invitación es, precisamente, a comprender esto, al cuestionamiento profundo.

La sociedad chilena, por ejemplo, y en general el mundo todo, se ha dado cuenta que no basta empoderar (entregar poder de decisión y elección) por empoderar al individuo en el intento por una mejor convivencia social, sino que el empoderamiento debe ser real, total y completo: entregando al individuo reales, verdaderas y totales opciones para decidir sobre sí mismo, su comunidad, su entorno y sobre su destino. De este modo se ha configurado una nueva forma de hacer sociedad.

Por corolario, esta sociedad propende a la responsabilidad personal como concepto fundante de una nueva subjetividad (ser sujeto) en el individuo, y en donde, a su luz, valores como la libertad, fraternidad, respeto, tolerancia, producción y cultura se reconstruyen, reformulan y transforman en significados nuevos.

Por ello, las formas actuales de organización y participación de y en la sociedad deben obligatoriamente cambiar. Las actuales formas de organización y participación de y en la sociedad evolucionaron a partir del sistema social feudal hasta el 'moderno' estado nacional; y en donde, desde rendir pleitesía y obediencia al rey, dueño de todo y todos (y, por ende, responsable del "bienestar" de todo y todos), se rinden venias y honores al Estado, como responsable de todo y todos, en la figura de su cabeza visible, el jefe de Estado: el presidente de la República.

En el caso de Chile, para nadie es desconocido el marcado régimen presidencialista que ha acompañado su historia desde la 'independencia'. Ante este poder y fuerza del Ejecutivo, las mentes de la época contrastaron el Legislativo (que en Chile es un Congreso de dos cámaras) y el cual nace con la idea de ser el eco vivo de todos los habitantes del país.

Estas estructuras de organización (el Ejecutivo y el Legislativo) se basan en la responsabilidad delegada del quehacer social y que se caracteriza por poseer amplias atribuciones y libertades en relación a lo que sus cargos respectan, aún pese a que las decisiones tomadas en virtud de aquellas atribuciones no reflejasen el sentir de quienes eligieron a esas mismas 'autoridades'. Y es que es mucho el poder que se le otorga a estas 'autoridades', demasiado.

La pregunta aquí no debe ser "por qué estas autoridades deciden tan mal" sino más bien "por qué creo que yo no puedo decidir por mí mismo?, por qué necesito que otro decida por mí?".

El "Para Qué" del Proyecto Educativo Nacional debe responder a esto: a poder entregarle las herramientas reales necesarias al individuo para que pueda decidir por sí mismo en lo caótico de la sociedad. Para esto, debe propender a que los y las estudiantes (prefiero decir la comunidad educativa toda) comprendan, relacionen y comuniquen eficazmente, a fin de poder debatir, defender y argumentar correctamente. Sólo de este modo el sujeto tenderá a la autogestión, a la autorrealización y desarrollo de su sí mismo, con lo cual podrá verdaderamente crear e innovar ampliando la Cultura del país.

Demás está decir que un cambio paradigmático de estas dimensiones implica cambios sustanciales a nivel de organización política nacional, tarde o temprano: fin al binominal, congreso unicameral, revisión de los quorums para las leyes, voto para todo chileno y chilena que quiera votar, aumento considerable del número de congresales, autoridades revocables en cualquier minuto, fin al fuero parlamentario, disminución de las atribuciones a las autoridades... en suma, gente que esté en la cosa pública que SE DEDIQUE A COORDINAR NO A GOBERNAR ["ojo", que todos estos cambios sólo serán legítimos si se realizan mediante una Asamblea Constituyente: es decir, si entre todos y todas nos sentamos a pensar y a dialogar, dejando de ser unos flojos confiados en este sistema tan viejo y gastado].

Cuando se plantea un Proyecto Educativo de este modo, entonces verdadera y realmente le entregas el proceso educativo al sujeto que lo vive, éste se responsabiliza de su proceso y el de sus compañer@s, porque se sabe realmente escuchado, sabe que podrá opinar sobre las materias que aprende, decidir cómo estudiarlas y cuál estudiar, así mismo, tiene real participación en la vida de su comunidad educativa. Por eso es tan importante el "para qué"!


Proyecto Educativo Nacional: Elementos.


1. El Proyecto Educativo Nacional debe permitir el espacio suficiente para que las propias comunidades educativas al interior de los establecimientos puedan perfeccionarlo, aterrizarlo y completarlo con los contenidos, actitudes y valores que ellas estimen más convenientes para sí mismas. Esto es de vital importancia!

2. El Proyecto Educativo Nacional debe plantearse derechamente como un proyecto totalmente público e inclusivo, donde todos y todas tienen derecho a acceder a él, sin exclusión de raza, etnia, edad, género, necesidades educativas especiales, religiosidades y sexualidades diversas; razón por la cual debe formularse bajo una lógica laica, a la vez que permita los espacios necesarios para que las propias comunidades educativas al interior de los establecimientos definan sus propios espacios para el cultivo de sus vivencias y procesos espirituales que estimen convenientes.

3. El Proyecto Educativo Nacional debe propender a una Educación Cívica de quienes conforman las comunidades educativas al interior de los establecimientos, permitiendo los espacios de práctica real y efectiva de esta educación en instancias de democracia directa, en los distintos estamentos, ejerciendo el respeto y expresión de forma activa. Así mismo, deben eliminarse todas las cláusulas que las leyes chilenas interponen para que esto se lleve a cabo, como las referidas a las prohibiciones de agrupaciones de tipo político al interior de los establecimientos. Estas prohibiciones son fruto de la dictadura y de no entender la política como quehacer irrenunciable del ser humano.

4. El Proyecto Educativo Nacional debe propender a una Educación Sexual expresa, gradual e inclusiva de las familias, en instancias-jornada donde todas y todos los miembros de la comunidad educativa participen. Por supuesto, debe establecer los espacios suficientes para que sean las propias comunidades educativas las que decidan los contenidos, actitudes y valores que transmitirán al respecto, sobre un piso mínimo determinado por el Ministerio (donde se toquen materias como el proceso reproductivo, los anticonceptivos, el aborto, el proceso de embarazo-nacimiento-lactancia, deberes y responsabilidades en torno a las sexualidades, infecciones por transmisión sexual, VIH+). Así mismo, debe fomentar un nuevo uso del lenguaje, diferenciado por género y un respeto e inclusión de las diversidades sexuales.

5. El Proyecto Educativo Nacional debe plantearse derechamente como un proyecto Estatal de educación, en donde el Ministerio de Educación sea el responsable de coordinar descentralizadamente todo el aparato y burocracia al respecto. Todos los centros de estudios, 'privados' y estatales, deberán coordinarse con la dependencia que éste señale. Así mismo, las Universidades Estatales y Academias Chilenas de Ciencias, Humanidades y Artes deben colaborar con el Ministerio y la Sociedad en su conjunto en la construcción de los planes de estudio para cada nivel. Del mismo modo, el proyecto debe propender a la articulación adecuada, real y efectiva, de los establecimientos educacionales con su realidad local, comunal y regional. Las universidades estatales tienen la obligación de prestar asesoría y ayuda en las materias que los municipios que las cobijen estimen convenientes, así como los municipios tienen el deber de prestar espacios adecuados para la realización de actividades académicas (hospitales, centros comunitarios, escuelas, etc.).

6. El Proyecto Educativo Nacional debe proponerse una vuelta hacia la sabiduría nativa del país y hacia la sabiduría de otros pueblos, valorando la cultura nativa, la enseñanza bilingüe y trilingüe tanto de idiomas extranjeros que se consideren relevantes de aprender (inglés, francés, alemán, por ejemplo), como de idiomas nativos (mapudungun, aymara, rapanui, quichua, chesungun, kawésqar, yagán). Así mismo, debe propender a la utilización y enseñanza de las lenguas de señas.

7. El Proyecto Educativo Nacional debe permitir los espacios para ofrecer e integrar una Educación Técnica, tanto en escuelas como en universidades para tal fin. No todo los seres humanos tienen el interés, el tiempo, ni las capacidades para cursar estudios profesionales conforme su cohorte avanza.

8. El Proyecto Educativo Nacional debe proponerse como un contínuo integrado entre cada nivel. Se deben eliminar toda barrera que no sea la limitación física de cupos en las aulas y el mérito académico: las pruebas de selección universitaria deben cesar. Todo aquél que quiera y posea su licencia de Enseñanza Media puede estudiar en una Universidad, la carrera profesional o técnica que desee: su permanencia en el sistema será únicamente por mérito académico. Con todo, es necesario evaluar la cantidad de alumnos y alumnas por aula que permiten un proceso educativo eficaz y eficiente.

A fin de que el sistema se aprecie como el contínuo que es, los planes y programas de las universidades deben modificarse, estableciendo un primer año de enseñanza común de bachillerato (ciencias y humanidades), un segundo año de bachillerato mixto (donde, pese a proseguir con ramos del bachillerato, pueden tomarse asignaturas del (pre)grado específico que interesa -tipo college), un tercer ciclo de definición del (pre)grado ad hoc a los estudios de Bachillerato realizados, y un cuarto ciclo de especialización donde puede profundizarse una especialización y/o mención. La duración del (pre)grado la definirán las propias comunidades educativas al interior de las casas de estudio, no pudiendo ser superior a 6 años (prácticas y tesis/tesinas/seminarios/memorias incluidas) para la gran mayoría de las carreras. Conforme el tiempo avance, los planes y programas no sólo de las universidades, sino de las escuelas, deberán revisarse a fin de acortar los tiempos de enseñanza de los contenidos y propiciar nuevos avances.


Proyecto Educativo Nacional: Concreciones.

A fin de que el Proyecto Educativo Nacional sea exitoso, el Estado debe velar para tod@s sus estudiantes que lo requieran un adecuado, oportuno y eficaz transporte, alojamiento y alimentación. Para que el Proyecto Educativo Nacional sea exitoso, el Estado debe velar por una Educación: 100% financiada por el Estado ("gratuita": con recursos de la minería y revisión tributaria), 100% Pública (acceso para tod@s), 100% Estatal (propiedad e injerencia de tod@s), 100% Laica (al servicio de la espiritualidad, no de la religión), 100% Democrática e Inclusiva ("triestamental": que cada comunidad educativa decida sobre sus asignaturas, sus recursos y autoridades).


Por una Profunda Reforma Educativa que sea también una Profunda Reforma Social!

Hagamos las cosas, pero hagámoslas bien!


Pedro MC.

Estudiante, 4º año, Psicología.

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